viernes, 17 de abril de 2009

Motivos para hostigar la tristeza

Cuando a causa de diversas razones las personas se sienten entristecidas, lejos de intentar recobrar su felicidad, generan una terrible tendencia a utilizar las más variadas artimañas para predisponer la voluntad a este estado. Y si bien hoy me encuentro preguntándome cuál será la causa fin que nos motiva a este estado de auto flagelación emocional, todos en algún momento nos hemos sentado a escuchar una canción para poder regodearnos en nuestra tragedia de cotillón, convenciéndonos que (esta vez) es real y nunca vamos a poder superarlo.
Y si bien esta claro que gran parte de la culpa de esta actitud se la debemos a la novela de las tres y a la tediosa manera en la que nos esforzamos por parecernos a su guión, es curioso como nos gratifica torturar a la autoestima encontrándonos descritos en canciones de lo más desconsolantes, mientras las escuchamos miles de veces en un mismo día ayudando a elevar el precio de las acciones de CARILINAS S.A. También existe como factor preponderante concadenado al anterior la propensión a obligar a el resto de la gente, que no tiene ninguna culpa de nuestra desdicha, a escuchar esta misma canción acompañado de un énfasis en lograr que el oyente en cuestión reconozca y entienda la manera en la que relata la historia que tanto nos aflige, (Aunque en verdad sepamos que el 90% de las canciones que dicen hablar de amor en realidad se refieren a todo tipo de drogas, sobredosis o sobredosis causadas por las drogas…) ¿Mal de muchos consuelos de tontos? Quizás… Pero también está la necesidad de asumir con palabras mejor guiadas lo que nos provoca desconsuelo, así sea y pueda considerarse como una simpleza por parte nuestra, puede también ser la manera de mostrarnos de acuerdo con la situación aprehendiéndola como propia.
De algún modo también es posible que en momentos que todavía no estamos dispuestos a separarnos de una situación que habíamos optado para nosotros, elijamos seguir atados a ella (mas no sea por medio de la tristeza) como un modo de complacer a la insuficiencia de tener que prescindir de esta elección.
Todo se supera… y aunque seguramente hecho posterior a que nuestros amigos hayan decidido tirar el i pod (canción incluida) por la ventana y el Sr. Carilinas nos haya enviado una mención al cliente del mes, posiblemente haya sido esto lo necesario para dejar atrás las lamentaciones y empezar a buscar finalmente respuestas… y ante todo poder asumir de una buena vez que ¿¡ni una de las canciones de Calamaro habla de amor!? ¿¡En serio!?

domingo, 5 de abril de 2009

un angel me presto sus alas...

Cuando un día nos despertamos y podemos descubrir que tantas cosas que usualmente vivían en nuestros sueños se convirtieron en parte de nuestra vida, con una sensación desde satisfechos hasta excedidos podemos descubrir la manera en qué quizás hoy, quizás ahora, es el momento donde todos esos imposibles pueden empezar a considerarse probables… y mirando con cierto grado de omnipotencia el pasado nos preguntamos cómo podían funcionar las cosas cuando no eran como son hoy… cuando las ilusiones solo vivían como tales.
Mirar en retrospectiva las situaciones vividas tiene un sabor extraño… es como leer un libro en el que, aún conociendo el final, sigue sorprendiéndonos la manera en la que se fueron armando y desarmando tantos escenarios que permitieron recuerdos y sensaciones que se sucedieron hasta llegar (en ocasiones) al tan predecible desenlace… pero esta vez no desde la añoranza, sino como un entender la manera en la que todos estos hechos fueron preparando lo que hoy es nuestro lugar propio.
Inevitablemente esta idea nos trasporta a pensar hacía dónde nos dirigirán las vivencias que hoy completan y hacen la cotidianidad… y los pensamientos se enredan intentando discernir si lo que hoy nos desafía abre caminos o simplemente le da final a situaciones ya obsoletas…
En ese momento imagine que separada de mi podía ver lo que estaba siendo (y haciendo) remitiéndome a mi presente como una pasado ilusorio en el que podía ver la manera en que todo lo que hoy se plantea como paradigma ya tenía su respuesta y el curso de las cosas ya había encontrado su justo cause… y para mi sorpresa esta visión supo ser más que un regalo, porque me permitió ver que iban a continuar estas mismas dudas, con todos esos pensamientos incluso con tantas necesidades cubiertas y tantas otras por cubrir, porque no me estaba esperando un comienzo, ni tampoco un final sino la continuidad de la misma alegría que me despertó esta mañana, cuando descubrí que no estaba soñando, sino que es esta la manera de vida que hace tiempo estaba esperando hallarme… y por fin deje que me alcanzara.
Pasó un ángel y me prestó las alas… y las cosas nunca estuvieron tan claras como las vi desde este lugar.