viernes, 13 de marzo de 2009

algunas verdades sobre las mentiras

Quizás sea porque no son las mentiras lo que más molestan, sino las verdades que traen tras de sí… pero con el tiempo me fui dando cuenta que al encontrarme frente a la revelación de una situación que había sido encubierta, no es tanto la farsa lo que me fastidia, sino la desconsideración de quien la fabula de no haber sido lo suficientemente precavido para conservar el secreto como correspondía. Entonces entendí que es la falta de cautela lo que pone en descubierto el verdadero desinterés de esa persona hacia la situación, porque aún pudiendo evitar repercusiones de sus acciones se permite hacerlas pasibles de nuestro conocimiento sin tener en cuenta que el solo hecho de enfrentarlas nos pone en un escenario obligado de reconocer lo sucedido y reaccionar frente a ello.
En estas circunstancias en las que involuntariamente nos es necesario afrontar un contexto que sin haberlo esperado ni pretendido, tenemos que entenderlo como propio, no es solo el hecho de tener que reconocer la realidad lo que inquieta sino también la sensación de quiebre de la confianza, la necesidad de reinventar nuestro concepto hacía una persona y después de ésto, el tener que lidiar con una situación que si había sido omitida, probablemente no sea de lo más agradable.
No pongo en tela de juicio el hecho que siempre va a prevalecer mi gusto por la verdad, por algo tan simple como que traduce lo que realmente es, pero no podemos dejar de tener en cuenta que en los casos en que por necesidad, gusto o mero entretenimiento la gente considere la opción de mentir, debería por lo menos sentir la obligación de hacerlo con la suficiente dedicación como para evitar ser descubiertos y si en el peor de los casos, es atrapado de todas maneras, por lo menos se pueda traslucir su entrega a evitar que esto suceda…
Si bien podríamos decir que quien miente es cínico, por hoy creo que en ocasiones el verdadero cinismo consiste en permitir ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean.

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