miércoles, 30 de diciembre de 2009

esbozo sobre mejillas sonrojadas

Si hay algo que me genera curiosidad es la actitud que toman las personas que se autodenominan como tímidas frente a los eventos sociales. Si una persona tiene un problema de timidez podemos dar por sentado que debería tener algún tipo de inconveniente con su autoestima o una falta de sensación de seguridad frente a la reacción de los demás hacía su persona pero sin embargo, no solo que su problema no es el de sentirse poca cosa, sino que eventualmente sus reacciones adoptan una actitud pseudo engreída frente a los posibles encuentros que impliquen establecer nuevos vínculos.
Me han alcanzado frases como ser “cuando entre a esa fiesta todo el mundo va a mirarme y no se que hacer” o”cuando me hablen no voy a saber que responder”para permitir surgir como respuesta que sería apropiado tener en cuenta como realidad el hecho que ni siquiera están tan buenos como para que tanta gente se desespere por mirarlos o pierda sus estribos por iniciar una conversación con ellos, sin embargo y alentando a la caradurez de los sonrojados en cuestión, intentaba brindarles maneras para poder sentirse más cómodos y a gusto en el evento al que asistieran. En ese momento, cuál gurú de la desfachatez, los iniciaba en lo que sería la capacidad de relacionarse con todo tipo de gente que no te interesa por medio de conversaciones que no llevan a nada o como prefiero llamarlos habitualmente, fiestas obligatorias de todo tipo.
En los casos que coincidía mi asistencia a la de los temerosos invitados, hay que destacar que es increíble como esta aparente actitud de cachorrito mojado los traslada al éxito inevitable, porque todo el mundo esta tan preocupado por ayudarlos a sentirse cómodos que terminan rodeándose de todo tipo de asistentes que facilitan su estadía mientras a vos te encomendaron ya quince de sus tareas porque “sos caradura y te animas...” lo que pueden incluir desde ir a buscar bebidas, un saco de una silla o tirarle algo por la cabeza a alguien (no es que me haya pasado...)
En ocasiones esta actitud también puede ser útil como pretexto de conquista cuando en su aparente fragilidad traducen una ternura irrefutable dónde los “insensibles de siempre” no tenemos asidero y por supuesto, en este caso no tienen ninguna intención de referir su tarea a ningún tercero.
Quizás diga esto, porque en los últimos años lo único que logro tonalizar mis mejillas fue el sol del verano, pero a la gente que verdaderamente le cuesta relacionarse simplemente evitan hacerlo y sin embargo en todos esos casos que ésto les genera algún tipo de beneficio... hay rubor encerrado.

3 comentarios:

JoanMa dijo...

Quisiera poner un comentario, pero... me da vergüenza....

Lo de timidez para ir a buscar un abrigo o bebidas mas que timidez es vagancia, para que te vayas enterando....

Castaña Liberal dijo...

Bueno debo decirte que yo me sonrojo y no por el sol, aunque mi piel está bastante predispuesta.
Varias veces me pasa que voy a fiestas y si, me agarra ese miedo, pero es normal supongo. Y tratando ser desapercibida ven a la chica timida, que después se suelta. Y ahi cagué.
Si señor, hay rubor encerrado.
saludos!

Anónimo dijo...

En realidad no esta mal "ponerse colorado" en ciertas situaciones, lo que estaria mal es evitar las situaciones que nos hacen sonrojar. Yo enfrento mi timidez y aun sabiendo que me pondre colorada voy hacia lo desconocido..

Te quiero chiquita loca y te extraño a ver cuando nos vemos!!

Roms